Durante los próximos años, deberemos recorrer el camino desde un sistema basado en combustibles fósiles, con un esquema de producción centralizado y un rol pasivo y unidireccional de parte de los clientes y consumidores, hacia otro basado en energías renovables, generación distribuida, un rol activo de los clientes, redes bidireccionales y nuevos esquemas de despacho y redefinición de precios; aspectos todos que deben ser conocidos por profesionales que se desenvuelven en el mercado de la energía.